Salud Visual Niños


Síntomas que pueden indicar problemas visuales en los niños


Los problemas visuales son difíciles de detectar en los niños pequeños, a no ser que sean demasiado evidentes. El niño no sabe que ve mal y cree que los demás ven igual que él. Son los padres quienes tienen que observarlos para intentar identificar si hay alguna deficiencia. Hay ciertos síntomas que pueden indicarnos problemas visuales en los niños.

Cuanto más pequeños son, más complicado es detectar un problema visual. Es importante vigilar sus ojos desde el nacimiento, también durante los primeros meses y muy especialmente cuando el niño ve la tele o se sienta a hacer juegos o trabajos a corta distancia. Luego, cuando empieza a ir al cole debemos estar atentos a posibles problemas con la lectura y la escritura, los cuales podrían acusar problemas visuales.

   


Lentes de contacto para niños

Existen muchos mitos sobre el uso de lentes de contacto en los menores, debido al cuidado que se debe tener para este tipo de artículos; sin embargo, es una buena opción para que los niños se quiten las gafas y admiren sin obstáculos todo lo que se encuentra a su alrededor.

Todos los niños son aptos para usar este tipo de artículos, sin importar la edad, el tamaño del ojo o las actividades que realicen día con día.

No hay límite de edad para el uso de lentes de contacto. En algunos casos es más aconsejable que el uso de las gafas. Existen lentes de contacto para el uso ocasional como hacer deporte, ir a la playa, etc...



Como elegir las gafas correctas 
para niños 

La receta del oftalmólogo y el consejo del óptico deben estar siempre presentes en la elección de las gafas de nuestro hijo.
 Antes de empezar a buscar las monturas, consulte con los profesionales de la visión. Si la receta requiere lentes con mucha graduación para corregir la visión de nuestro hijo, los cristales tendrán un espesor mayor. Si bien es cierto que hoy en día existen procesos de producción que nos permiten reducir el espesor de la lente, hay que tener en cuenta que a mayor reducción, mayor precio.

Recordemos que la finalidad última de la gafa es corregir la visión. Sin el diagnóstico correcto, no conseguiremos que nuestro hijo vea correctamente.

Material: pasta o metal


En el pasado, las monturas de pasta fueron la mejor opción para los niños porque se las consideraba más duraderas, más ligeras y menos costosas.
Sin embargo hoy en día, los fabricantes han incorporado esas características a las monturas metálicas.
En el caso de que su hijo tenga la piel sensible, existen además monturas fabricadas con materiales hipoalergénicos y extremadamente ligeras (titanio, tungsteno…). Estas monturas garantizan el máximo confort.
A nivel estético, en graduaciones altas, las monturas de pasta, permiten disimular mejor el grosor de la lente. Las monturas metálicas por otro lado son más finas y están disponibles con montura completa o ranuradas (sin montura en la parte inferior), como consecuencia podríamos decir que son más discretas.


Un puente adecuado


Una de las partes más difíciles en la elección de la montura adecuada para un niño, es que la nariz no está plenamente desarrollada, por lo que es bastante común que la gafa se deslice hacia abajo. Las monturas del metal, utilizan generalmente unas almohadillas (plaquetas), que permiten un ajuste más individualizado. La mayoría de los fabricantes de gafas de pasta conocen este problema e incluyen puentes invertidos o anatómicos, así que existen monturas de pasta que se adaptan mejor a las narices pequeñas. En el caso de niños que no han desarrollado todavía tabique nasal, se aconsejan las monturas de silicona con “puente invertido”. Este tipo de montura a pesar de ser generalmente un poco menos favorecedora, garantiza una correcta sujección.
 

Varillas flexibles


Una característica recomendable es que la varilla utilice bisagras con muelle.
Estas bisagras especiales permiten a las varillas flexionarse hacia el exterior, sin causarle ningún daño a nuestro hijo y manteniendo la integridad de la gafa.

Aunque a veces incrementan el precio de la gafa, puede llegar a ser una buena inversión.
Los niños no siempre son cuidadosos al ponerse y quitarse las gafas y las varillas flexibles ayudan a prevenir roturas, ajustes frecuentes y costosas reparaciones. También son útiles si el niño se duerme con las gafas, o simplemente tiene un mal día jugando.



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